lunes, 1 de noviembre de 2010

Viaje en tren

Muchos son los que conozco que disfrutan de un viaje en tren. Por un lado está el romanticismo que te envuelve cuando se van sucediendo al otro lado de la ventana paisajes diversos. Por otro lado están las interminables horas de viaje cuando hace frío, tienes hambre y sueño, en general, no estás de humor. Es una pena que mi cámara no tuviera batería, porque explicar el viaje de hoy va a ser simplemente imposible... os dejo con unas palabras que os pueden ayudar a visualizar lo que ha sido (no es literatura, porque aquí la presente no sabe de eso). Palabras nacidas del observador romántico y palabras nacidas del observador con los pies en la tierra (Separados, el que tenga ganas de leer lo primero, que evite los puntos y viceversa):

  • Cuando piensas que no llegas para coger el tren, no sólo llegas a tiempo medio asfixiada sino que además éste llega con retraso.

Hace frío, el sonido de la lluvia se pierde entre los pasos de la gente apurada, el murmullo de las conversaciones y, de vez en cuando, algún tren que llega, que se va o la voz incomprensible de megafonía; pero la humedad y el reflejo de los cables en los andenes encharcados te indican que sigue ahí.

  • El tren llega, pero el vagón que viene indicado en el billete se encuentra a una distancia aproximadamente de “a tomar por culo” llevando dos maletas. Tan lejos que sales de la zona cubierta de la estación. Llegas al tren mojada. Para colmo, algún listo pensó que el compartimento adecuado para una maleta de 20 a 30 kilos estaba a una altura de más de un metro. Después de hacer que tu columna vertebral se comprima hasta perder dos centímetros de longitud, la maleta está en su sitio.

El tren comienza su recorrido y lentamente coge velocidad. Los edificios de la ciudad dan paso a la naturaleza, que empieza a vestirse de otoño. Las gotas de lluvia golpean las ventanas. Las montañas están salpicadas de verde, algo de amarillo y unos toques de rojo. Las más lejanas son azules, grises. Se hunden en las nubes y se dejan acariciar por la niebla. El cielo se funde con la tierra.
Un sendero de tierra mojada se pierde entre los árboles.

  • Huele a pedo.

El campo de trigo, o de maíz (la velocidad y la ensoñación no te permiten distinguirlos) se extiende dorado entre el verde de los bosques. En algunos emergen lagos en los que se reflejan los árboles, en otros, la espesura de la maleza te hace preguntarte si existe el suelo.
Un túnel.
La mayoría de los árboles siguen mostrando un verde intenso. De vez en cuando se ve alguno amarillo o rojizo.
Un ternerito sigue a su madre torpemente entre la niebla. Ella espera paciente un poco más lejos.
La voz de megafonía irrumpe en los vagones para anunciar la proximidad de una nueva estación o el paso del carrito de los aperitivos.

  • Te vas quedando dormida y de repente un niño grita. Pegas un buen bote y escuchas a la madre que dice “no se grita” y el niño emite el mismo sonido pero con mucho menos volumen. Quiere expresarse como sea. Al menos no da patadas en tu asiento, como suele pasar en el avión.

La niebla se va quedando atrás y las nubes no son tan espesas. Algún que otro rayo de sol se cuela entre ellas. Nubes, no negras pero sí de un intenso gris a lo lejos.

  • Vas al baño y con el traqueteo del tren casi te matas. Sin duda, una forma poco glamourosa de morir: brecha en la cabeza seguramente infectada por los orines varios del suelo y medio cuerpo al desnudo. Primoroso. Cuando vuelves, HORROR, el niño recién salido de su etapa de bebé que va delante se lo ha hecho todo encima y lo están cambiando.

Hay gente que recoge sus cosas y se baja. Llega el ronroneo de las maletas con ruedas. Otros llegan y se acomodan. Se escucha el pitido del silbato. Las puertas se cierran. El recorrido continúa.
Ríos de aguas que antes eran cristalinas ahora son negras.
Hay casas acá y allá. Leña cortada y amontonada. Húmeda. Respiras hondo para sentir la humedad. Huele a bebé recién cambiado.
Dos niñas saludan al tren mientras esperan para cruzar las vías.
Un carpintero trabaja en un tejado que por el momento sólo son vigas de madera.
Un rebaño de ovejas pasta. Entre ellas no sólo hay una oveja negra, son tres. Ningún lobo aparentemente.
Los árboles de los lindes del bosque se asoman sobre un canal.

  • Se escucha a un hombre que grita alarmado “¡traga la saliva!” y le sigue un “slurrrrrrrrrp” que indica que el niño o estaba jugando a ver hasta dónde llegaba si la dejaba caer poco a poco o, simplemente, se le había olvidado tragar (a veces pasa con los niños, creo).

Las primeras luces de la noche en los coches y en algunas casas. Chimeneas de las que sale humo.
Hay muchas estaciones abandonadas. Algunas albergan aparatos oxidados. Otras dejan escalar por sus paredes hiedras rojizas.
Las vacas se juntan, buscando calor entre ellas.
La niebla vaga entre los árboles.

  • De la nada (por suerte fuera del tren) sale una señora vestida con harapos naranjas y negros, pelo gris al más puro estilo Doc de Regreso al futuro, que nos saluda pegando saltos…

Se encienden las luces en el tren.

  • Sientes curiosidad por saber si queda mucha gente. Te asomas cual Digglet entre los asientos. Todos te observan. TODOS a la vez. De un momento a otro se levantarán y al perseguirte harán de un apacible viaje una película de miedo. Vuelves a las profundidades de tu asiento.

Se escucha el crujir de los vagones al tomar una curva.

  • Es inevitable pensar que en una de éstas el tren descarrila (es que el crujido no es un leve quejido entre las juntas de los vagones).

Ya sólo ves tu reflejo en la ventana.
Te levantas a por tus cosas y al abrirse la puerta notas el frescor y la humedad de la noche que te llega a los pulmones espabilándote súbitamente. La gente avanza poco a poco por el andén. Sin darte cuenta, han desaparecido.
La noche se vuelve cada vez más fría mientras buscas el autobús de vuelta a “casa”. ¿Será que el invierno llega sin dejar mucho margen al otoño o serán las ánimas que vagan lo que hace esta noche tan fría? Lo más posible es que sea lo primero, las ánimas huyen esta noche de los juerguistas y los niños que les piden dulces.

domingo, 17 de octubre de 2010

¡Apalea hortalizas hasta que canten!

El pasado martes asistí a un concierto un tanto particular. The Vienna Vegetable Orchestra estuvo en la Casa del Estudiante de la Universidad de Pau, dando fin a su gira por Francia.

Recuerdo que la primera vez que oí hablar de ellos fue hace unos años. La voz de Matías Prats hablaba sobre verduras y música en Madrid, así que decidí apartar la vista de mi –no recuerdo exactamente lo que era pero seguro que estaba muy bueno porque lo había preparado mi madre y ya sabéis las mamis qué bien cocinan (y la mía más)- plato para ver cómo unos sujetos vestidos de negro hacían saltar los productos de la huerta de un lado a otro en un ambiente distendido.

Esto fue lo que me vino a la cabeza cuando leí que actuarían en Pau, pensé que no estaría mal ver algo nuevo y hasta allí que se movieron mis pies.

Abténganse los malpensados, eso es un instrumento de música y sólo eso. Espero. Y muy curioso, tenía agua dentro y al soplar producía un gorgorito inquietantemente rítmico.

Increíble pero cierto: habían tallado las verduras para hacer instrumentos de viento y cuerda. Pensaréis que me sorprendo con cualquier cosa, pero es que tenía entendido que hacían percusión, sólo percusión. Y me tendríais que haber visto cuando vi la flauta-zanahoria, pero si había algo impresionante, eran el puerro-violín y la trompepimiento ¡¡una trompeta hecha con pimiento!! (yeah).

Ésta no es la trompepimiento. La trompepimiento tenía clase.

La música que presentaban era en principio con un toque un tanto étnico, pero según iba avanzando el concierto te iban sorprendiendo con electro al más puro estilo Kraftwerk o con Death Metal del BESTIA. Les faltaba vocalista, pero hacía que te doliera la cabeza casi lo mismo (es decir, Death Metal del malo, porque si fuera bueno no jode tanto). En esencia, agresividad al máximo. Para reproducir este sonido empezaron a destrozar a golpes y arañazos (rítmicamente, eso sí) a unas pobres coles.

Iban arrojando garbanzos y alubias sobre una plancha metálica para conseguir más sonidos.

Hay que decir que, menos el electro, el resto de estilos eran algo siniestros, casi como la banda sonora de una peli de terror (una de las melodías se llamaba “Masacre de hortalizas” y, creedme, causaba cierta inquietud).

El final fue lo más abstracto. No recuerdo cómo se llamaba la canción, pero repartieron chubasqueros para la primera fila. Cada intérprete delante de un micro, de pie. En la mano derecha un tomate. En la izquierda, otro tomate. Y empezaron a hacerlos chocar… Al principio había algo de ritmo, luego se sucedió el simple placer de la destrucción y el regocijo de ver como la pulpa de los tomates saltaba en todas direcciones a chorreones. Matanza de tomates. Es inevitable pensar que entre aquellos músicos hay algunos miembros que de pequeños odiaban comer verduras. Y así es cómo del amor y el odio sale la inspiración creativa.

Os dejo con un par de vídeos. Como de costumbre, la calidad es horrible, os aconsejo que no los veáis, si no que los escuchéis (aunque el sonido deja algo que desear también).





PD: Al final del concierto reparten sopa, pero no esperéis (si vais a verlos alguna vez) que os sirva de cena, era una tapilla ridícula que recordaba más al racionamiento de un campo de concentración que a una invitación postconcierto, pero bueno, no estaba mala. Lo que cuenta es el detalle.

viernes, 15 de octubre de 2010

Pau

Esta ciudad que se pronuncia “Po” no tiene que ver ni con ríos, ni con culos, ni con teletubbies. Bueno, tiene un río, pero no es el italiano, el que pasa por aquí es el Gave. Lo de culo no sé si tenía más relación con cómo lo decían en el Canadá francófono o con Alemania. Por desgracia, demasiadas historias (y muchas de ellas muy buenas) y demasiada gente de tantos sitios en tan poco tiempo, muy concentrado. Y lo otro, mejor olvidarlo.

Esta ciudad entre los Pirineos y el Atlántico es inquietantemente parecida a Málaga (pero algo más limpia –eso duele, malagueños, pero hay que aceptar la realidad de nuestras calles. No es normal que de pequeño te miren mal porque tires un chicle al suelo y ahora que han pasado 15 años o más veas a ancianos tirando sus pañuelos llenos de… ah no, los gapos los escupen tan contentos, no quiero imaginar lo que puede haber en ellos…).

Esta es la ciudad que me acogerá por un año. Espero poder contaros poco a poco lo que es o lo que tiene, porque en realidad, acabo de llegar, y no tengo ni idea.

*Mandando a la papelera de reciclaje primeras impresiones* *"Reinicializando”*

domingo, 25 de julio de 2010

Más películas post-apocalípticas

Con La Carretera y El libro de Eli no tenemos suficiente ¡No, señor! Así que, si por un casual me están leyendo John Hillcoat, los hermanos Hughes (los respectivos directores de las pelis citadas, de los que no conocía nada hasta ahora que he tenido que mirarlo... ¿alguno los conocía? Sed sinceros, el Gran Hermano os observa) o algún director con ganas de más, aquí otra idea de cómo el mundo se va al garete y NI tú NI yo, mi querido lector (DIOS SANTO, ¡¿¿¿pero sigues AHÍ??!!), podemos evitarlo.

Bien, ¿y ahora qué le pasa a la hipocondríaca ésta? os preguntaréis. Pues por lo visto se acerca una de las tormentas solares más potentes en muchos años (uuuh, qué datos más específicos y científicos). Alcanzará su cénit (o climax, que mola más, vosotros ya me entendéis), a finales del 2010, principios del 2011. De momento nosotros no lo notaremos, pero es posible que nuestros satélites sí. Y ahí está el tema: los satélites podrán estropearse y, hoy en día, que estamos en una gozosa era tecnológica en la que dependemos en gran parte de ellos, esto podría suponer un caos.

Satélites que no funcionan, que cambian su órbita, que informan a quienes no deben... Ya está, III Guerra Mundial servida para el 2012 (ya sabéis, todo el rollo de Nostradamus y los Mayas, ya lo comenté en otro apocalipsis por ahí). Imagináos, a Kim Jong-il se le alborotan los satélites y bum, se le sale una bomba nuclear de su ojete dictatorial. En fin, múltiples combinaciones de caos internacional, os animo a que le echéis imaginación y dejéis vuestra joya en los comentarios, será un placer leeros -Bush Jr. RETURNS protagonizado por el Chuache, YEAH-).

Hablando del señor este... a los que gustan de un ratito muchachil:



Hale, a disfrutar de la vida, que como dicen, ¡son dos días!

PD: En realidad esto no estaría nada mal para un rol, peli o cómic. Ya hubiera querido yo hacer uno sobre esto, pero molaría tenerlo para antes de que pase... y con mi ritmo de trabajo me darían las uvas del 2014... habría que pedírselo a Juan José Ryp, su estilo pega con el tema... y venga sangre al más puro estilo Black Summer. Aunque también pensé para una obra de este estilo en Raúl Moreno... ¿qué? ¿os animáis?

miércoles, 6 de enero de 2010

Quitando telarañas

Para sorpresa de algunos... ¡esto vuelve a abrir! Se dio por perdido por una serie de sucesos muy curiosos... y no se puede mirar a tu alrededor si vas ciega por la vida: todo es gris y NADA capta tu atención... (y no es que las cosas lo sean... es que tienes algo en los ojos que te impide ver, más bien, en la cabeza, como habréis podido imaginar...) ¡Hasta hace poco! así pues puedo seguir haciendo honor al título de la web y compartir con vosotros (OH, vosotros, ¡VOSOTROS!, mis pocos pero fieles lectores por compasión xD amigos en mayoría *besos acá y allá y saludos al más puro estilo Juana la Loca de la peli* y curiosos eventuales pero valientes visitantes, gracias).

Retomando: he hecho limpieza de entradas con promesas falsas de segundas partes que veo que nunca llegarán... seamos realistas, lo que se pueda contar, ¡que se cuente! pero de una vez, creo que será más cómodo para todos (una que se olvida de las cosas y otros que si no les gustan... si encima hay una segunda parte de ascuncia articulil -alabados los palabros, porque ellos heredarán la tierra- acabáis mandando esto a la playa -hmmm... playa...-).

Recién salida de este estado de pausa mental, voy a recomendaros otra cosa más -sí, abandonamos el blog hace meses con recomendación y lo reintentamos con otra-. Tenéis que leer
Nocturno, El espíritu del viento, de Tony Sandoval. Os puedo poner lo que dice al reverso del cómic...:

Hasta el monumento más grande hubiera sido pequeño en comparación con su tristeza, porque una parte hermosa y delgada de su alma se perdía en las profundidades de un océano, junto con aquel con el que no volvería a soñar.
Y pensó que jamás volvería a vivir algo tan maravilloso. Sí, lo pensó y lo lloró.


Pero eso sólo indicaría una pequeñísima parte de lo que puedes encontrar en éste. Si hacemos un resumen al más puro estilo de anuncio de película barata podríamos sacar un "Tiene seres sobrenaturales, peleas, bárbaros, acción, sangre, asesinos en serie, amor y heavy metal ¡no te la puedes perder!" pero eso podría ser una amalgama bastante absurda así sin leer la trama, no tiene mucho sentido, ¿verdad? Sin embargo, no hagáis caso, la historia es embelesadora, no sabes qué vas a seguir leyendo de un momento a otro, el dibujo se va a adaptando a la situación con diferentes toques y técnicas dentro de un estilo atrayente, llega a ser dulce y crudo a la vez.

Los hay que definirían esto como algo caótico, pero Tony Sandoval lo hace con una armonía increíble, si os lanzáis a leerlo, os aseguro que no os dejará indiferentes.

Aprended del prota: ¡las pausas mentales no son buenas del todo! O a lo mejor esa es la opinión desde mi punto de vista... ¡no desconectéis!

PD: Nunca se me dieron bien las críticas xD procurad leerlo sin hacer caso de lo aquí mencionado y creo que llegaréis a buen puerto... y el dibujante más xD.

-09.01.2010- ¡Tenía que pasar con un regalo de Reyes! Chicos y chicas: ¡esta obra es la segunda parte de otra! ya decía yo que habían asuntos ahí un tanto misteriosos... lo pillaré pronto, sí. Si os interesa es Nocturno, El que camina con los muertos.