jueves, 2 de octubre de 2008

En busca de la casa perdida

Dice que tu hogar está allá donde está tu corazón. Mi hogar vale, pero busca una cama en la que dormir durante el curso y ya luego hablamos de llamarla hogar.
A la mañana siguiente fuimos a relaciones internacionales, con sólo media chocolatina que picar, que nos dieron en Air Berlin

(aunque luego desayunamos como Dios manda, pero queda bastante dramático, ¿no?)
Y les dijimos que queríamos buscar otro piso, que nos iríamos a un hotel. Nos pareció que no nos creía, pero nos dio teléfonos y direcciones de inmobiliarias. Entre eso y los pisos que buscamos por internet y los que vimos en el tablón de anuncios del comedor, nos apañamos, al menos estábamos ocupadas, porque el equipo de caballería vendría luego…
El siguiente paso fue devolver las llaves del piso, no queríamos saber nada de ese antro, y tuvimos suerte, porque al llamar a la inmobiliaria no nos habrían, pero nos parapetamos en la puerta a la hora de salida y cuando fueron a librar, se tuvo que quedar una señora para atendernos.
¿Señora? Una bruja es lo que había ahí, nos atendió pensando que le traíamos su saco de bebés mutilados para pociones, porque si no era eso, no nos explicamos por qué fue luego tan borde.
No entendía por qué no nos gustaba el piso ni hacía el favor de atendernos debidamente, todo eran prisas y rápidos tiroteos verbales en alemán. Con lo cual tuvimos que optar por no razonar y decir simplemente que no lo queríamos y fin.
Bajamos las maletas y, mientras yo me quedaba con ellas en la puerta, María le entregaba las llaves al engendro ese. Luego para colmo, me vino con una historia de la tipa muy interesante. Se le quedó seria mirando y María le dijo “Bueno, adiós“ (se entiende que en alemán) y la señora va y le suelta una parrafada irritante y veloz (cuando me lo dijo pensé que ya le había echado un mal de ojo o algo, por suerte no) a la que ella le pide que repita por favor, y otra vez (¡¡!!) y, como es de esa generación que cuando le pides que repitas lo único que hace es levantar la voz en vez de ralentizar el discurso, probó con signos e hizo gestos con un resultado de “¿No me das la ropa de cama?” (¿qué?) y María le respondió “No, no, no” xD y la bruja “¿segura?”… ADIÓS. Encima de las facilidades que nos había dado va y nos pide la supuesta ropa de cama que nos habríamos comprado para nosotras… mandawebos.
Por suerte nos alejamos de esa inmobiliaria (Wagener, para los futuros erasmus en Magdeburgo) y emprendimos la búsqueda…
¿Que cómo dormimos entonces? Pues, llegando a la hora que llegamos, era difícil encontrar nada abierto (allí se cena de 19 a 20:30), además de un largo día de viaje… así que una toalla de sábana, un abrigo echado encima y la asquerosa manta empolvada encima de todo eso. Al menos dormimos bajo techo….
(y suenan violines)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ºoº

jolín...
se me han quitao las ganas de irme a Alemania de erasmus de golpe xD
que mal rollo T___T
a ver si cuentas ya la parte en la que todo se soluciona y sois felices y bebeis cerveza... xDD

Magda PG dijo...

Pues le queda un rato a esto xDD, ¡pero a ver cuando pones tú cositas!